
El escudero es un personaje del libro del Lazarillo que aparece en el tercer tratado.
Es una persona muy orgullosa que está pasando por un mal momento, y en ocasiones se ve obligado a dejar que los demás le ayuden. Tras varios días sin comer, al final aceptó un trozo de pan que le ofreció Lázaro, y eso quizás le salvó la vida.
Además le gusta aparentar tener riquezas, o por lo menos ocultar su pobreza para evitar que los demás sientan lástima por él. Esto se ve cuando Lázaro le ayuda a lavarse y vestirse, ya que se pone prendas que difícilmente podría obtener un escudero como él.
Incluso a veces le dan igual las consecuencias de sus actos orgullosos. Los caballeros se saludan entre sí quitándose el sombrero quien sea de una clase social menor, pero eso no le importaba al escudero, ya que aunque fuese él quien tendría que quitarse el sombrero, nunca lo hacía, le gustaba que fuesen los demás los que lo hicieran primero.
Sin embargo, a pesar de todas las necesidades parecía ser una persona fuerte y con ganas de vivir, aunque se derrumbara de vez en cuando, pero no cambiaba su actitud orgullosa, que probablemente es la que en ocasiones le hacía seguir adelante.
Aun así, era muy listo y sabía cómo aprovecharse de los demás, como la última vez que vio a Lázaro, que le abandonó en la casa, dejándole solo y desprotegido, porque no podía hacer frente a la deuda y huyó. Con esto también se puede deducir que es una persona cobarde.
Quizás Lázaro volvería a servir a este escudero, porque él es un poco ambicioso, y tomando al escudero como ejemplo a seguir, Lázaro presumiría de riquezas, aunque no tuviese nada, y puede que esto en el fondo le hiciera sentirse mejor.
También admira su actitud frente a la vida, fuerte y con la cabeza bien alta.
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